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Las voces de la academia en el OBU | Ser docente universitario: ¿Cómo sobrevivir en Venezuela?

Las voces de la academia en el OBU | Ser docente universitario: ¿Cómo sobrevivir en Venezuela?

¿Cómo vive un docente universitario en Venezuela? ¿Está la universidad en un callejón sin salida? ¿Tiene sentido la insistencia de profesores, empleados y alumnos de mantener en pie a sus instituciones pese a la precariedad de las condiciones de vida, trabajo y estudio a las que les somete el Gobierno desde hace años? ¿Qué se puede hacer desde la universidad para superar la grave crisis moral y política que está ahogando al país?

Estas y otras preguntas fueron respondidas en un encuentro virtual organizado por el Observatorio de Universidades (OBU) -a propósito del Día del Profesor Universitario a celebrarse este 5 de diciembre-, con dos importantes figuras del mundo académico venezolano: Jaqueline Richter, docente titular de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y la también profesora Keta Stephany, secretaria de Información de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv).

Profesores que han muerto de hambre

El politólogo Piero Trepiccione recordó que la reciente encuesta del OBU (Enobu 2021) arrojó que siete de cada 10 profesores realiza actividades independientes para obtener otros ingresos y que un 28 % solo tiene como entrada económica su salario.

Esos siete de cada diez que realizan otras actividades, viven, o vivimos, de la autoexplotación. Hoy trabajo mucho más que cuando tenía 20 años y gano mucho menos. A veces medito en cómo es que he llegado al punto de verme con un sándwich y un café frente a una computadora porque no tengo tiempo de sentarme a la mesa. He pasado hasta 12 horas frente a una pantalla. Ya no es doble o triple jornada, se trabaja sábado y domingo, y a una edad en la que deberíamos estar más tranquilos”, explicó la doctora Richter.

La porción de esos tres por cada diez que no consiguen trabajo nos habla de otra realidad: la del hambre. En la UCV tenemos, es doloroso decirlo,  profesores que se han muerto de hambre. Hace poco murió uno, lo vi días antes en el Instituto de Previsión Social caminando muy despacio, tenía la ropa y los zapatos desgastados, lo vi muy mal. Después me enteré que ese colega llevaba tres días sin comer, lo agarró el COVID-19 y dos días después falleció. Obviamente, si hubiera estado vacunado y alimentado y con un sistema de seguridad social no hubiese fenecido”, se lamentó Jaqueline Richter.

Hay profesores de la UCV que están viviendo de la solidaridad de sus colegas. “Se mantienen con lo que podemos darle los otros, los que nos autoexplotamos. Dejamos una bolsa de comida en un lugar que se ha dispuesto para ello. Es injusto, después de tanto tiempo de dedicación a la formación de profesionales y a la investigación. Ellos, nosotros, optamos por esta vida cuando teníamos 20 o 25 años, hicimos posgrados porque queríamos ser profesores, pensábamos entonces que cuando llegáramos a viejos íbamos a vivir de nuestros sueldos. Hoy estamos en la absoluta miseria, hambre y muerte, eso es lo que refieren esos datos del OBU”, sentenció Richter.

La universidad sigue viva

El moderador Piero Trepiccione preguntó en qué momento comenzó el deterioro de las condiciones socioeconómicas del docente universitario y cómo afecta eso a las instituciones de educación superior en nuestro país. Para la profesora Keta Stephany, el desmejoramiento del salario viene de los años 80 del siglo pasado, cuando se implementaron las normas de homologación. Hasta ese entonces, los gremios de cada universidad firmaban actas convenios, suscritas entre las autoridades y las asociaciones.

Las normas de homologación consistían en establecer ajustes salariales según la inflación. “Eso no era un aumento real, era un ajuste para compensar la pérdida del salario. Vino la crisis, y ya no querían ajustar de acuerdo a la inflación sino menos, comienza allí el deterioro del salario real, siempre se las arreglaron en el gobierno para pagar menos”.

La profesora Stephany recordó que han privado razones de orden ideológico para comprender el actual rezago en materia reivindicativa. “Eso (la precarización salarial) no es una decisión de las autoridades educativas, acá los ministros no deciden. Es la cúpula y es una política de ellos la reducción del presupuesto educativo”.

Katy Stephany afirmó que es urgente formar la generación de relevo. “Tenemos muchos profesores de 70 o 80 años, hay que formar relevo. Es un trabajo de largo aliento, formar líderes para 25 o 30 años, en los gremios, en las universidades, en los partidos políticos. Los debates, las ideas terminaron superando las guerras, las dictaduras. Nadie relaciona la Ciudad Universitaria con Pérez Jiménez, eso le pertenece a la universidad, no es al revés. Somos una comunidad del conocimiento y eso se va a mantener. La universidad no está muriendo, hay una oscurana y se prenden unas luces que van alumbrando el camino”, concluyó Keta Stephany.

A continuación, el video completo del Facebook Live, que también está disponible en nuestro canal de YouTube:

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