Enobu Salud 2022: 49% de los residentes de medicina prestan asistencia con los insumos que aportan los pacientes y/o familiares
La encuesta Enobu Salud 2022 del Observatorio de Universidades arrojó que 69% de los profesores y estudiantes que prestan servicios en los centros de salud de Venezuela deben costearse sus equipos de protección personal.
El Observatorio de Universidades (OBU) publicó su segundo informe sobre las condiciones de estudio y trabajo de los profesores y alumnos de ciencias de la salud de las universidades venezolanas (Enobu Salud 2022). La encuesta fue aplicada a 1.108 estudiantes de pre y posgrado y a 205 profesores destacados en los centros de salud en los que se realizan las prácticas médicas profesionales. El estudio cubre 110 municipios de los 23 estados y el Distrito Capital.
La medición arroja datos reveladores como que 4 de cada 10 universitarios pueden prestar asistencia médica gracias a los insumos que los pacientes proveen. El Gobierno nacional solo aporta 19% de lo requerido para tal fin y las gobernaciones el 12%. Las ayudas internacionales cubren el 14%.
La información para la Enobu Salud 2022 fue recogida en las universidades Central de Venezuela (UCV), de Los Andes (ULA), del Zulia (LUZ), de Carabobo (UC), de Oriente (UDO), Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), Rómulo Gallegos (UNERG), Francisco de Miranda (UNEFM) y de Ciencias de la Salud Hugo Chávez (UCS).
6 de cada 10 residentes de posgrado consultados en la Enobu Salud 2022 tiene 2 o más síntomas de depresión y 12% de los estudiantes de pregrado ha tenido ideación suicida.
Para su protección personal el 69% de los universitarios debe costearse sus EPP, mientras que los familiares de los pacientes aportan el 13%. El Gobierno nacional cubre solo 13% por este concepto y los gobiernos regionales el 8%. Las organizaciones de la sociedad civil aportan 4% de lo que requieren los profesores y estudiantes de pre y posgrado.
El servicio de agua sigue siendo deficiente
Para un trabajo tan importante que requiere las máximas condiciones de higiene, se destaca la deficiencia en el servicio de agua que no ha sido atendida: mientras que en la Enobu Salud 2020 se conoció que 31% de los académicos nunca tuvo agua en forma continua, en 2022, este porcentaje fue de 29%. Solamente el 8% de esta población siempre tiene agua, según la Enobu Salud 2022.
En cuanto al servicio eléctrico, en un cuadro comparativo de la encuesta Enobu Salud, se presenta que en 2020 el 66% de los centros de salud no tuvo electricidad de manera permanente; mientras que en lo que va de 2022 el porcentaje es de 65%. Es importante saber que 33% informó que en su establecimiento de salud no hay planta eléctrica.
El 60% de los consultados dijo que los baños no funcionan con regularidad, y 73% aseguró que hay falta de insumos para la limpieza. El 57% afirmó que los ambientes de trabajo son sucios y 67%. que existe déficit del personal de mantenimiento.
El director del Observatorio de Universidades, Carlos Meléndez, explicó que la grave crisis ha dejado su secuela en los centros de salud. “El 79% de los universitarios afirmó que en los últimos 12 meses ha renunciado a su cargo al menos un compañero de trabajo o estudio. Eso debe asociarse a las condiciones de precariedad salarial de los profesores, que en 85% deben buscar otras actividades laborales que los recargan y por otra parte, el ambiente de hostilidad en sus espacios de trabajo: el 66% de los residentes de posgrado ha evidenciado episodios de acoso laboral”, dijo el sociólogo Meléndez.
La coordinadora del OBU, Yelena Salazar, recordó que en otra encuesta hecha por el Observatorio dedicada a las condiciones generales de las universidades del país, ya se expresaba las consecuencias de la emergencia humanitaria compleja en las instituciones de educación superior. “Hicimos una medición en 2021 que nos dio como resultado que 62% de los estudiantes pensaba dejar su universidad y 68 % de los profesores quería renunciar. En la Enobu Salud 2022 vemos cómo las competencias clínicas de la observación, la interpretación de hallazgos y el uso adecuado del lenguaje médico compiten con el tiempo de dedicación a la formación académica. Los profesores y estudiantes se ven forzados a buscar otras formas de ganarse la vida”, dijo la socióloga Salazar.
La desmotivación afecta a los universitarios del sector salud
El docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes y coordinador general de Médicos Unidos de Venezuela, capítulo Mérida, Pedro Fernández, aseguró que al comparar los resultados de la Enobu 2020 con los de la Enobu 2022, se reafirma la percepción de que no se ha hecho nada por mejorar una situación que ya era alarmante antes de 2020. “Mientras en otros países se abocaron a proteger a su personal de salud durante la pandemia, acá se ve la ausencia de Estado en dotación y protección para sus médicos y los universitarios en formación. En los hospitales universitarios convergen la educación y la salud, y esta, no es solo la ausencia de enfermedad, sino el bienestar psicológico y social. Los estudiantes de pre y posgrado no están bien”, afirmó el doctor Fernández.
“Una de la génesis del problema es la falta de una dotación continua. Más allá de los datos medibles está la información sobre el miedo a que cada día la situación se va haciendo peor. El 60% de los médicos que formamos en la ULA no quiere quedarse en Venezuela, y los que están afuera no tienen la intención de volver al país una vez que la situación mejore. En posgrado hay una merma de 50% de los residentes, que en su mayoría quieren irse porque están sobresaturados de trabajo, presionados por sus jefes y por las malas condiciones socioeconómicas que les impiden tener una vida digna”, destacó Fernández.
De héroes de la pandemia a enemigos del Gobierno
La médica Celina Pérez, de la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos, destacó el tema del bienestar psicológico de profesores y estudiantes. “Los jóvenes están gravemente deprimidos; piensan en la migración, no están motivados para permanecer en su país. En la Unerg hemos tenido dos suicidios de estudiantes, en fechas recientes. Antes teníamos un centro para la orientación de los muchachos, pero ya no. Se debe abordar tanto la medicina resolutiva sino la medicina preventiva, que abarque el bienestar psicológico. Esa generación es la que va a permitir la sostenibilidad del sistema sanitario y no se está haciendo lo debido”, aseguró la doctora Pérez.
En posgrado han tenido apoyo de la sociedad civil, pero no es suficiente. “…hemos notado que ha habido un aumento en el uso de ansiolíticos y tratamientos farmacológicos para dormir entre los residentes y especialistas. Cuando los entrevistamos, nos dijeron que están bajo mucho estrés, se sienten perseguidos por sus autoridades y que no hay incentivos económicos ni recursos para la terapéutica. Los profesionales de la salud tienen doble carga de trabajo y llega el momento en que se saturan. Los profesores han sido los más atacados por su exigencia en la calidad de la educación. Ellos están como el resto de los docentes universitarios, en condiciones de precariedad. En dos años, los médicos pasaron de héroes de la pandemia a ser en 2022 los ladrones, los que faltan, los enemigos por decir la verdad de que no cuentan con material para cumplir con su trabajo”, dijo Pérez.