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El 68% de los profesores universitarios de Venezuela solo podrán pagar una canasta alimentaria con su bono vacacional

El 68% de los profesores universitarios de Venezuela solo podrán pagar una canasta alimentaria con su bono vacacional

Los datos del Observatorio de Universidades (OBU), dan cuenta de que el 68% del total del profesorado de las instituciones de educación superior (ubicados en los rangos instructor, asistente y agregado del escalafón académico) a tiempo completo, solo podrán cubrir, con lo recibido por bono vacacional y recreacional, una canasta alimentaria familiar. 

Tras el aumento de las protestas ante la violación de los derechos laborales que tuvo como contexto amenazas contra los trabajadores y educadores de nivel medio y universitario, el Gobierno de Venezuela cedió en cancelar el total del referido bono, que hasta la semana pasada pretendía pagar en cuatro partes.

La canasta alimentaria familiar está compuesta por 60 productos, entre arroz, pasta, pan, harina de maíz y de trigo; carnes (res, pollo y cerdo); pescados, lácteos, huevos, frutas, vegetales, leguminosas, tubérculos, aceite, azúcar y sal. Según parámetros científicos, estos son los componentes esenciales para la suficiente nutrición de una persona. La canasta está calculada para una familia de cinco integrantes.

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Si bien es meritoria la movilización intergremial de los trabajadores y profesores que hizo retroceder a la administración de Nicolás Maduro, es una realidad que el monto cancelado por las vacaciones dista mucho de lo que en capacidad de compra tenía esta asignación en años anteriores.

Con este monto, la mayoría de los profesores universitarios del sector público solo podrán pagar una sola canasta alimentaria familiar (Cendas-Federación Venezolana de Maestros), que en junio de este año se calculó en 459,84 dólares.

Esto quiere decir, que el dinero depositado en sus cuentas tendrá un destino distinto al que, según las convenciones colectivas suscritas entre los gremios oficialistas y el Gobierno, se debería dedicar a la recreación de los trabajadores, profesores y sus familias.

El sociólogo Carlos Meléndez Pereira, director del OBU, señaló que, con el monto del bono vacacional de hace 20 años, un docente titular a dedicación exclusiva TDE, podía adquirir el equivalente a 24,2 canastas alimentarias de entonces. Pero, en estas dos décadas la caída de este beneficio por la precarización salarial ha sido estrepitosa.

“En 2012, el poder adquisitivo de un profesor se redujo a la mitad, es decir, con el bono, el mismo profesor TDE podía comprar 12 canastas básicas alimentarias. En 2022, los profesores titulares con mayor tiempo de dedicación, que son la minoría, podrán pagar el equivalente a 2,3 canastas básicas. El resto, podrá adquirir solo una”, aseguró el profesor Meléndez.  

El educador universitario de hoy afronta una realidad muy distinta a la de años anteriores. “En los últimos nueve años han caído en un empobrecimiento profundo. Sus prioridades son comer y atender su salud, porque además han perdido los sistemas de previsión social con los que se atendían emergencias, pruebas de laboratorio y consultas médicas. Hasta 2002, los profesores podían ahorrar, viajar con su familia, renovar equipos tecnológicos, adquirir vehículos, remodelar sus viviendas. Ahora, podrán comprar un poco más de comida”, destacó el director del OBU.  

El Gobierno destituyó el 12 de agosto al director de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), Marco Polo Cosenza, pero no anunció que ha habido cambios en el instructivo que pretende implementar para todos los trabajadores del sector público. Este mecanismo ha sido objeto de denuncias porque arrebata al personal conquistas alcanzadas en materia salarial, primas, seguro HCM, servicios funerarios y jubilación.

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